En la mañana del Domingo de Ramos tiene lugar la primera de las Procesiones Parroquiales que se celebran a lo largo de la Semana Santa de Alagón y en ella se representa la Entrada de Jesús en Jerusalén. La plaza de San Juan y sus inmediaciones se convierten en centro neurálgico de la celebración desde primera hora de la mañana, provocando el trasiego constante de cofrades y público en general. Quizá la imagen más simbólica de este día sea la congregación de toda esta multitud, bien buscando una de las ramas de olivo que se reparten para su posterior bendición, o bien trayéndolas de casa para el mismo fin, donde simpáticamente destacan las caritas de los más pequeños con sus palmas llenas de dulces y golosinas que, a duras penas, mantienen intactas hasta el comienzo de los actos.

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La procesión está organizada por la Cofradía del Cristo Yacente y en ella participan todas las Cofradías de la localidad.

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Procesiona el paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén o de "La Burrica" (así se le llama cariñosamente), que es portado por una persona de cada Cofradía.

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Cuando dicho paso sale de la iglesia de San Juan tiene lugar la bendición de ramos, llevada a cabo por el cura Párroco. Tras la lectura del Evangelio todas las Cofradías interpretan al unísono la marcha de "Imágenes" y la procesión parte desde la plaza discurriendo por las calles del barrio de La Jarea.

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Tradicionalmente la celebración de esta procesión en Alagón posee connotaciones de gozo y alegría por la entrada triunfal de Cristo, por lo que todos los cofrades desfilan sin la prenda de cabeza de sus respectivos hábitos.

El recorrido procesional finaliza en la plaza de San Pedro con la entrada del paso a la misma, mientras todos los tambores y bombos lo reciben con el sonido del toque de "Imágenes" y de la "Marcha de Alagón".